30 enero 2016

¿Ganará Leonardo DiCaprio el Óscar a mejor actor por ‘El renacido’?

Hace unos meses, escribí un artículo explicando por qué Leonardo DiCaprio no tiene ningún Óscar [podéis leerlo aquí]. Mucho ha llovido desde entonces: los premios de la Academia se acercan y lo que ahora verdaderamente quiere saber todo el mundo es: ¿será este por fin el año de DiCaprio? Si sois fans del actor californiano, tengo una buena noticia para vosotros: indudablemente, Leonardo DiCaprio ganará el Óscar por El renacido, la impresionante (aunque pretenciosa) sexta película de Alejandro G. Iñárritu [crítica aquí], aun cuando la mayoría de las exageradas doce nominaciones del film no deberían pasar de ahí [todo sobre las nominaciones aquí].

Leonardo DiCaprio en El renacido (Alejandro. G. Iñárritu, 2015)
El renacido es la película que Leonardo DiCaprio
necesitaba para hacerse por fin con el Óscar
En el anterior mencionado, defendí a capa y espada que, si DiCaprio nunca gana el Óscar, no es porque la Academia le tenga manía ni porque sus trabajos no estén a la altura del galardón, sino por la alta competencia a la que se ha enfrentado las cuatro veces que ha estado nominado. En general, le han arrebatado la estatuilla intérpretes que, sin ser superiores a él, sí ofrecían interpretaciones superiores (o al menos más llamativas) en los años en que él estaba nominado: Tommy Lee Jones por El fugitivo (Andrew Davis, 1993), Jamie Foxx por Ray (Taylor Hackford, 2004), Forest Whitaker por El último rey de Escocia (Kevin MacDonald, 2006) y finalmente Matthew McConaughey por Dallas Buyers Club (2013). Este última causó especial indignación: ¿merece antes el Óscar una interpretación excelente aislada que un actor siempre excelente? Aunque parezca mentira, la respuesta es afirmativa: los Oscars no premian intérpretes, sino interpretaciones, con lo que para hacerse con uno de ellos hay que ser un gran intérprete y, a la vez, ofrecer la mejor interpretación del año (o al menos la más llamativa). Y eso no es precisamente fácil. Ni necesariamente difícil: depende del contexto.

29 enero 2016

'Embarazados': persiguiendo la paternidad (y/o la felicidad)

Que la comedia sea el género más infravalorado por los españoles es una verdadera pena, porque probablemente sea también el que mejor se nos da. Así lo demuestra una vez más la simpática Embarazados (2016), en la que Paco León y Alexandra Jiménez se enfrentan a las dificultades de la fecundación in vitro (y de la propia paternidad) con la justa dosis de humor y dramatismo, ganándose al espectador desde el primer minuto.

Alexandra Jiménez y Paco León en Embarazados (Juana Macías, 2016)
Paco León y Alexandra Jiménez se enfrentan a los
conflictos de la paternidad en la divertida Embarazados
Embarazados es la segunda película de Juana Macías, quien sorprendió en 2010 con su aplaudido debut Planes para mañana, que le dio el galardón correspondiente a mejor dirección en el Festival de Málaga y la nominación al Goya a mejor dirección novel. En esta ocasión, la realizadora cambia el drama por la comedia, pero mantiene la combinación de astucia narrativa y melancólica emotividad que impulsó su primer trabajo, conformándose como una figura a la que seguir la pista a partir de ahora. De hecho, la obra es un recordatorio de que las mejores comedias saben renunciar de vez en cuando a la risa para conquistar el corazón del espectador, clave del éxito de notables cintas recientes como 3 bodas de más (Javier Ruiz Caldera, 2013), Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) o Requisitos para ser una persona normal (Leticia Dolera, 2015). Nada mejor que la empatía para ganarse la sonrisa del espectador más exigente.

26 enero 2016

Las 'Pesadillas' de R. L. Stine inspiran una divertida película

Considerado el “Stephen King de la literatura infantil”, R. L. Stine ha vendido cerca de 400 millones de libros, la mayoría gracias a su prolífica serie Pesadillas, con la que adentró a niños de todo el planeta en el mundo del terror durante los años noventa. Tal es la amplitud de ese fenómeno, que sorprende que la adaptación cinematográfica haya tardado tanto en llegar. Ante el resultado, parece que la espera ha merecido la pena, si bien el estreno de Pesadillas (Goosebumps, 2015) ha pillado a los lectores de los libros originales algo mayorcitos para recibirla como se merece.

Jack Black, Dylan Minnette, Ryan Lee y Odeya Rush en Pesadillas (2015)
Jack Black, Dylan Minnette, Ryan Lee y Odeya Rush
protagonizan la adaptación cinematográfica de Pesadillas
Tras las poco imaginativas cintas de animación El espantatiburones (2004) y Monstruos contra alienígenas (2009) y la infame aventura de acción real Los viajes de Gulliver (2010), resulta chocante que Sony haya confiado en Rob Letterman para dirigir una de sus películas más esperadas, si bien es cierto que no era necesariamente la dirección lo peor de estos tres títulos. En este caso, el guion —la parte más importante e infravalorada de este tipo de producciones— lo firman tres hombres acostumbrados al trabajo en equipo: Carl Ellsworth —coguionista de la entretenida Disturbia (D. J. Caruso, 2007)—, Darren Lemke —uno de los creadores de la infravalorada Jack el cazagigantes (Bryan Singer, 2013)— y Larry Karaszewski —coganador del Globo de Oro por el libreto de El escándalo de Larry Flynt (Milos Forman, 1996)—, siendo el resultado imaginativo pero fiel a la esencia de los libros (a destacar la habilidad de enlazar pequeños sustos con sus respectivas explicaciones hasta que estas se agotan y el terror imaginado se vuelve real, quizá el principal elemento identificador de aquellos).

24 enero 2016

‘La gran apuesta’: ironías de la crisis

Christian Bale en La gran apuesta (Adam McKay, 2015)
Christian Bale ha optado a todos los premios de la
temporada por su genial trabajo en La gran apuesta
La crisis financiera de 2008, la peor desde la debacle de la Gran Depresión, pilló a nuestro confiado mundo completamente desprevenido. Pero no todos se vieron sorprendidos por ella: algunos, incluso, la previeron con años de adelanto, lo que les dio la oportunidad, bien de enriquecerse, bien de luchar por ponerle solución, conscientes todos ellos de que no serían los peces gordos de Wall Street, sino la gente de a pie, quienes saldrían peor parados del desastre económico que se avecinaba. Con occidente en proceso de recuperación, La gran apuesta (The Big Short, 2015) ofrece una aguda reflexión sobre tan desesperante situación, ganándose cinco de las nominaciones al Óscar más importantes —película, dirección, guion adaptado, montaje y actor secundario— que la convierten, a priori, en una de las favoritas de la temporada, lo que acaba de confirmarse con su triunfo en los premios del Sindicato de Productores. [Más sobre las nominaciones al Óscar aquí.]

23 enero 2016

¿Es racista la Academia? ¿Ignoran los Oscars a los actores negros?

Por segundo año consecutivo, los veinte intérpretes candidatos a los Oscars interpretativos son caucásicos, o sea, blancos; procedentes, eso sí, de ambos lados del Atlántico. Y, claro, el mundo se ha levantado indignado hasta el punto de llevar a la Academia a replantearse su normativa. Pero, ¿es esto realmente necesario? ¿Son verdaderamente racistas los premios más ansiados de la industria? Mi respuesta es una rotunda negativa. Pero veamos por qué.

Halle Berry y Denzel Washington en los Oscars 2002
En 2002, Halle Berry y Denzel
Washingon ganaron el Óscar
A lo largo de los 88 años de estos galardones catorce estatuillas han ido a parar a actores negros, comenzando por Hattie McDaniel por la mítica Lo que el viento se llevó (George Cukor, Sam Wood y Víctor Fleming, 1939) y concluyendo (hasta ahora) con Lupita Nyong’o por 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2012). Bastan precisamente estas dos estatuillas para negar todo rasgo de racismo en los Oscars: McDaniel, una auténtica desconocida, arrebató la estatuilla a su propia compañera de reparto (la guapísima y blanquísima Olivia de Havilland) en los tiempos en que los derechos de las personas de color todavía eran inhumanos. Por su parte, Nyong’o obtuvo el suyo por el debut que le dio la fama, un trabajo notable pero bastante breve con el que se impuso a tres intérpretes estadounidenses de prestigio de la talla de June Squibb (Nebraska, de Alexander Payne), Julia Roberts (Agosto, de John Wells) y Jennifer Lawrence (La gran estafa americana, de David O. Russell), todas ellas asombrosas en sus papeles. ¿Encaja todo esto en unos premios racistas? Creo que no.

22 enero 2016

'La juventud': la melancólica constancia del paso del tiempo

La combinación de deleite y desesperación que supone estar vivo es difícil de captar con la cámara, pero Paolo Sorrentino, ganador del Óscar por La gran belleza (2013), lo ha conseguido con La juventud (Youth/La giovinezza, 2015), su segunda película en inglés tras Un lugar donde quedarse (2011) y su sexta participación en la Sección Oficial del prestigioso festival de Cannes. Y es que la nueva creación del aclamado realizador napolitano rezuma vitalidad por los cuatro costados, granjeando una experiencia evocadora de un modo más sencillo y asequible que sus anteriores obras mas no por ello menos elaborado o trascendente.

Michael Caine y Harvey Keitel en La juventud (Paolo Sorrentino, 2015)
La curiosa relación entre los personajes de Michael
Caine y Harvey Keitel es la clave de La juventud
En La juventud, un gran director de orquesta (Michael Caine) pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes por el que también pasan una mujer deprimida tras una ruptura (Rachel Weisz) —su hija, a la que debe más de una explicación—, un director de cine al que cuesta acabar su última película (Harvey Keitel) —su mejor amigo, al que une una relación peculiar—, una estrella aparentemente enfadada con un mundo al que siempre pide más (Paul Dano), una hermosa modelo en la flor de la vida (Madalina Ghenea) y una actriz madura aferrada a los últimos instantes de grandeza que puede granjearle la existencia (Jane Fonda). Todos ellos, maravillosamente encarnados por un reparto internacional de auténtico lujo, son humanos exitosos en horas bajas a los que la constancia del paso del tiempo y la fugacidad de la vida ha sumido en una perenne melancolía. De este modo, no es tanto la devastadora melancolía, como la propia consciencia de ella, lo que marca el desarrollo del film (y el impacto del mismo). [Más al respecto en 'Arrugas, la vejez y la flor del cerezo']

20 enero 2016

‘La novia’ conquista los divertidos Premios Feroz 2016

Se veía venir desde San Sebastián, donde muchos eligieron La novia como mejor cinta española del certamen pese a que ser presentada demasiado tarde la dejara fuera de la Sección Oficial. Su fecha de estreno, posterior al 1 de diciembre, también le impidió participar en los Premios Forqué [comentario], que impulsaron a Truman ante la falta de alternativas potentes. Pero los Premios Feroz, los galardones entregados por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), por fin han puesto remedio a la situación, convirtiendo a esta cuidada adaptación de Bodas de sangre en la clara favorita para los próximos Goya.

"Me nominan, pero nunca gano", exclamó la emocionada
Inma Cuesta, mejor actriz por La novia
Así, La novia convirtió en estatuilla seis de las nueve nominaciones a las que optaba: mejor película dramática, mejor dirección (para Paula Ortiz, la primera mujer que se hace con el galardón y posiblemente la cuarta en alzarse con el Goya), mejor actriz (para la maravillosa Inma Cuesta), mejor actriz secundaria (para la veterana Luisa Gavasa, cuyo Goya está asegurado), mejor música (para el brillante compositor japonés Shigeru Umebayashi, autor de las memorables melodías de Deseando amar (Wong Kar-Wai, 2000) y La casa de las dagas voladoras (Zhang Yimou, 2004), ambas bellamente formalistas) y, para completar, mejor tráiler (para el joven Roberto Bra). Todos ellos merecidísimos, tanto por el mimo depositado en el proyecto como por la falta de competencia en un año relativamente flojo para nuestro cine. Aun así, resulta triste que las encomiables óperas primas Techo y comida, de Juan Miguel del Castillo —¡gran Natalia de Molina!—; A cambio de nada, de Daniel Guzmán, y El desconocido, de Dani de la Torre, se fueran de vacío. Esperemos que rasquen algo en los Goya [comentario de las nominaciones aquí].

19 enero 2016

De 'Sufragistas' a feministas

“El término suffragette (sufragista) lo acuñó la prensa británica para mofarse de las activistas del movimiento por el sufragio de las mujeres. Después, el término fue asimilado por el propio movimiento. Las sufragistas interrumpían las comunicaciones cortando los cables del telégrafo, volaban buzones de correos y atacaban propiedades y, cuando iban a parar a la cárcel, se ponían en huelga de hambre para llamar la atención pública sobre su causa por la igualdad contra un Estado cada vez más brutalMe sorprendió que esta historia tan extraordinaria y poderosa nunca hubiera sido contada en el cine. Éramos un grupo de mujeres cineastas y enseguida nos sentimos atraídas por el tema”. Así describe Sarah Gavron su conexión con el primer largometraje que dirige desde Brick Lane (2007), por el que fue hace ocho años candidata al BAFTA a mejor debut. Acompañada nuevamente de la guionista Abi Morgan y las productoras Alison Owen y Faye Ward, la realizadora británica se ha lanzado a la dirección de una cinta a la que el gran interés social y el fantástico reparto han convertido en una de las más sonadas del año aun cuando las expectativas no hayan sido del todo satisfechas.

Carey Mulligan en Sufragistas (Sarah Gavron, 2015)
La estética de Sufragistas está dominadas por tonos
grises en sintonía con los tiempos que la albergan
Sufragistas (Suffragette, 2015) muestra la lucha de varias mujeres británicas por alcanzar el sufragio femenino en Reino Unido, conseguido finalmente en 1928, pero verdaderamente sirve para honrar a tantas mujeres que han luchado —y siguen luchando— por la igualdad en todos los ámbitos, por “vivir la vida de otra manera”, como expresa emotivamente el personaje de una maravillosa Carey Mulligan que podría haber conseguido su segunda nominación al Óscar tras la alcanzada por la película que la lanzó a la fama, An education (Lone Scherfig, 2009), de no haberse desinflado tanto la cinta. Protagonista también del Lejos del mundanal ruido del danés Thomas Vinterberg, la actriz británica ha aprovechado el 2015 para confirmarse como uno de los jóvenes talentos del momento. En Sufragistas está excelentemente acompañada de una Helena Bonham Carter por fin desencasillada y una Meryl Streep tan apoteósica como siempre que logra hacer perfecto uso de su escasísimo tiempo en pantalla.

18 enero 2016

Critics Choice Awards 2016: reparto entre 'Spotlight' y 'Mad Max'

Rachel McAdams en los Critics Choice Awards 2016
Rachel McAdams, nominada al Óscar por primera vez,
 fue la representante de Spotlight en los Critics Choice
Pocas sorpresas en la 21 edición de los Critics Choice Awards, que no han hecho sino impulsar a los favoritos de esta alocada temporada de premios, con un palmarés principal perfectamente repartido entre los cinco títulos candidatos a los dos Oscars principales: Spotlight, Thomas McCarthy, Mad Max: furia en la carretera, de George Miller; El renacido, de de Alejandro G. Iñárritu; La habitación, de Lenny Abrahamsom, y La gran apuesta, de Adam McKay. A diferencia del año pasado, cuando estos galardones sirvieron de compensación para cintas olvidadas por la Academia, esta vez han contribuido a la pérdida de puntos de cintas antaño favoritas como Marte, de Ridley Scott; Carol, de Todd Haynes, y El puente de los espías, de Steven Spielberg, yéndose las tres de vacío pese a sus múltiples nominaciones. Que Brooklyn, de John Crowley, Sicario, de Dennis Villeneuve, y Star Wars: el despertar de la Fuerza, de J. J. Abrams, tampoco lograran premio alguno es más comprensible, pues, pese a su excelente recibimiento crítico, no se han establecido como frontrunners en ninguna categoría (eso sí: la cinta galáctica sólo optaba esta vez a la categoría principal, a la que fue añadida con posterioridad a las nominaciones [más en: 'Los Critics Choice nominan a Star Wars a posteriori']).

Jacob Tremblay en los Critics Choice Awards 2016
"Esto es genial, el mejor día de mi vida", dijo Jacob
Tremblay, mejor intérprete joven por La habitación
Es difícil decidir qué cinta fue la clara vencedora de los Critics Choice Awards, ya que el polémico drama periodístico Spotligth se hizo con el galardón principal (mejor película) y otros dos de gran relevancia (guion original para Josh Singer y Tom McCarthy y mejor reparto), pero la imponente Mad Max: furia en la carretera arrasó al alzarse con nueve premios, incluyendo el de mejor dirección para el gran George Miller, así como los tres merecidísimos galardones de la categoría de acción: mejor película de acción, mejor actor de acción (Tom Hardy) y mejor actriz de acción (Charlize Theron). A estos sumó cinco premios técnicos que podría recibir nuevamente el próximo 28 de febrero: dirección artística, montaje, vestuario, maquillaje y efectos visuales. Y es que a nivel visual nos encontramos ante una de las cintas más destacables de la historia. Por su parte, El renacido, indudable vencedora de los Globos de Oro, tuvo una presencia mucho más comedida, conformándose con los premios concernientes a mejor fotografía, obtenido por el gran Emmanuel Lubezki por tercer año consecutivo (¿sucederá lo mismo en los Oscars?), y, por supuesto, mejor actor para un espléndido Leonardo DiCaprio al que esta vez encabeza la categoría sin contrincante alguno [más en: '¿Por qué no tiene Leonardo DiCaprio el Óscar?'].

16 enero 2016

'No es mi tipo': ¿es posible el amor entre polos opuestos?

Cuando un profesor de filosofía parisino es trasladado a Arrás por un año, el tiempo se convierte en un vacío difícil de llenar. Acostumbrado a respirar cultura de día y aventura de noche, él se aburre irremediablemente hasta que una bella peluquera comienza a aderezar su vida con la complejidad escondida tras su risueña sonrisa. Sin embargo, como ya augura el título del film, sus diferencias son abismales: él idolatra a Kant y Proust y ella prefiere los libros “con historias que contar”, él disfruta de veladas selectas y ella de fiesta alocada micrófono en mano, él conoce la historia pasada y ella controla la prensa amarilla y, lo que es peor: aun cuando él aparente mayor madurez que ella, es él quien tiene miedo al compromiso y ella quien cuenta con un hijo a su cargo. ¿Puede el amor unir dos mundos diametralmente opuestos? Tendréis que ver No es mi tipo (Pas son genre, 2014) para averiguarlo.

No es mi tipo optó a dos premios César:
mejor actriz y mejor guion adaptado
El francés Loïc Corbery y la belga Émile Dequenne protagonizan esta agradable coproducción franco-belga, conformando una pareja carismática pero algo descompensada dado que, frente al debut de él en el largometraje, ella ya cuenta con dos premios de Cannes, gracias a las intensas Rosetta (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, 1999) y Perder la razón (Joachim Lafosse, 2012). Aun así, Corbery aguanta, nunca mejor dicho, el tipo, conformando un protagonista que se gana al espectador con rapidez pese a no siempre hacer lo que consideraríamos correcto. A ello ayuda enormemente un realizador tan versado como el belga Lucas Belvaux (La raison du plus faible, 2006), quien sabe tratar a sus personajes como se merecen. Así lo explica él: “jamás juzgo a un personaje. Me esfuerzo por estar en buena sintonía con la naturaleza de todos, incluso con los que mienten o peor aún. Renoir dice que cada uno tiene sus motivos. Es cierto, con independencia de que sean buenos o malos. Si juzgas a los personajes, estos se acaban: devienen entidades puramente ficticias que pueden instrumentalizarse enteramente y dejan de interesar. Trato de compartir mi punto de vista mediante el modo en que establezco las escenas y su dirección”.

14 enero 2016

Nominaciones a los Oscars 2016: análisis de sorpresas y omisiones

Por fin han sido desveladas las nominadas a los Oscars menos previsibles en años. Y es que durante esta temporada de premios ha ocurrido de todo, pasando las películas de tapadas a favoritas y de favoritas a ignoradas con pasmosa frecuencia. Como cabía esperar, las nominaciones de la 88ª edición no han estado exentas de sorpresas, algunas más agradables que otras…

El renacido, de Alejandro G. Iñárritu:
12 nominaciones
MEJOR PELÍCULA

Brooklyn
El puente de los espías
El renacido
La gran apuesta
La habitación
Mad Max: Furia en la carretera
Marte
Spotlight

Nuevamente, la Academia ha dejado correr la oportunidad de nominar a diez títulos en su categoría principal, dejando fuera a las notables cintas de género Ex Machina, Sicario y Star Wars: el despertar de la Fuerza, probablemente perjudicadas por la fuerza de Mad Max: furia en la carretera y Marte, que sí tenían sus plazas aseguradas. Sin embargo, la ausencia más triste es indudablemente la de Carol, película enormemente desinflada por los gremios pese a su excelente recorrido por los premios de la crítica (a destacar los cuatro premios del Círculo de Críticos de Nueva York y las nominaciones a los Critics Choice, Globos de Oro y Satellite). En su lugar, dos pequeñas grandes cintas irlandesas (Brooklyn y La habitación) se han colado en un listado donde sobra la meramente correcta El puente de los espías. De todos modos, tan sólo El renacido, Spotlight y la mencionada cuarta entrega de Mad Max tienen verdaderas opciones.

12 enero 2016

Los Premios Forqué 2016 impulsan a 'Truman' y 'Techo y comida'

La XXI edición de los Premios Forqué, presentada por Macarena Gómez y José Corbacho, ha impulsado a Truman, el emotivo drama sobre la amistad y la enfermedad de Cesc Gay, en la carrera hacia el Goya. Presentada en San Sebastián (donde se hizo con el premio Feroz Zinemaldia y la Concha de Plata a mejor interpretación masculina), la cinta se hizo con dos premios: mejor película y mejor actor (Ricardo Darín), recogidos ambos por Gay al no poder el aclamado intérprete argentino que se impuso a Guillermo Francella, Luis Tosar, Pedro Casablanc y su compañero de reparto, Javier Cámara asistir a la gala. 

Cesc Gay en los Premios José María Forqué
Natalia de Molina se emocionó por el avance
que ha vivido su carrera en sólo dos años
El premio concerniente a mejor actriz fue a manos de Natalia de Molina, cuya carrera ha avanzando a pasos agigantados desde que Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba, 2013) le valiese el Goya a mejor actriz revelación hace dos años. Se ha impuesto a Penélope Cruz, Nora Navas, Juliette Binoche y otra gran primeriza: Irene Escolar. Y con pleno merecimiento, ya que su papel de madre soltera atormentada por la crisis en Techo y comida, ópera prima de Juan Miguel del Castillo, es verdaderamente excelente (no en vano también le valió el galardón del Festival de Málaga). "Hace falta contar historias así; no olvidar el tiempo que estamos viviendo, no mirar a otro lado", dijo la actriz antes de dedicar el galardón a la gente en riesgo de exclusión social.

11 enero 2016

Globos de Oro 2016: ganadores y perdedores entre la incertidumbre

Alejandro G. Iñárritu y Leonardo DiCaprio en los Globos de Oro 2016
El renacido fue la clara vencedora de la
73ª edición de los Globos de Oro
¡Vaya noche! Pocas veces aterriza la temporada de premios en los Globos de Oro entre tanta incertidumbre. Y es que por una vez ningún galardón parecía tener dueño de antemano, lo que volvía la confección del palmarés tremendamente emocionante, no tanto por la importancia del mismo como tal, sino por su tradicional coincidencia con el constituido por la Academia. Buenas noticias por tanto para una de las películas más esperadas del año: la impresionante El renacido, probablemente la mejor obra del mexicano Alejandro G. Iñárritu, quien se llevó los dos galardones principales como consolación por la derrota pasada de Birdman (2014), que, pese a triunfar en la Academia, sólo vio reconocido su guion por parte de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood. La cinta también dio a Leonardo DiCaprio su tercer Globo de Oro tras los obtenidos por El aviador (2004) y El Lobo de Wall Street (2013), ambas de Martin Scorsese, situándolo algo más cerca de su necesario primer Óscar. A fin de cuentas, si los críticos han preferido laurearlo a él por tercera vez a galardonar por primera vez al británico Michael Fassbender, los académicos no deberían dudar en seguir sus pasos. [Más al respecto en: '¿Por qué Leonardo DiCaprio no tiene el Óscar?']

08 enero 2016

'Langosta': Yorgos Lanthimos desmitificando la naranja

Cuenta Aristófanes a Platón en El Banquete (280 a.C.) que en el amanecer de los tiempos la raza humana era casi perfecta, poseyendo todos los seres dos fisonomías unidas a una sola cabeza. Los instó entonces su vigorosidad a plantar cara a los dioses, a lo que Júpiter respondió con una solución que disminuiría sus fuerzas para siempre: separarlos en dos. No esperaba él que cada mitad dedicaría su existencia a encontrar a la otra, siendo imposible la satisfacción plena sin fusionarse nuevamente. Grandes imperios han caído y (re)nacido desde entonces, pero la idea de “media naranja” sigue firmemente arraigada, dependiendo la felicidad a menudo de ella. Mas no todos lo ven así: con Langosta (The Lobster, 2015), el siempre provocador Yorgos Lanthimos cuestiona la propia pureza del amor, propinando un nuevo puñetazo a la sociedad patriarcal.

Colin Farrell y Rachel Weisz en Langosta (Yorgos Lanthimos, 2015)
Tras ganar el Premio del Jurado en Cannes, Langosta se
hizo con dos Premios de Cine Europeo: guion y vestuario
Como ya hizo en las polémicas Canino (2009) y Alps (2011) —coescritas también junto a Efthymis Filippou, el cineasta ateniense aborda en su cuarto film sentimientos naturales y universales desde una perspectiva forzadamente anómala que invita al espectador a reconocerse en ella sin dejar nunca de sorprenderse. Langosta contrapone dos mundos extremos: el de las parejas —la civilización— y el de los solteros —los outsiders—. Tan imprescindible es hallar pareja para formar parte del primero como renunciar al amor para ser aceptado en el segundo, castigando ambos la rebeldía con igual dureza (en forma de la macabra violencia y el frío patetismo que caracterizan a Lanthimos). Pero la humanidad no está preparada para tal presión, encontrando Colin Farrell siempre aquello que le es prohibido, temiendo al afecto en el mundo de las parejas y a la soledad en el de los solteros. Pese a la falta de empatía generada por su taciturno personaje —perfecta para la confección de asombro—, no resulta difícil identificarse con sus contrariados sentimientos: el amor nunca ha sabido cumplir horarios.

04 enero 2016

Pasión teatral: 'La novia' de Paula Ortiz y el 'Macbeth' de Justin Kurzel

Michael Fassbender y Marion Cotillard en Macbeth (Justin Kurzel, 2015)
Macbeth se estrenó en la Sección Oficial de Cannes
en una edición especialmente competitiva
El cine y el teatro son dos artes inevitablemente relacionadas. Ambas toman prestadas un par de horas de nuestras vidas para hacernos llegar historias a través de los ojos y los oídos: triunfan cuando captan nuestra atención y fracasan si nos hacen reír cuando debemos llorar y llorar cuando debemos reír. Pero tal y como comenté en el artículo dedicado al cine y el teatro, los estilos de estas artes hermanas son muy diferentes: en una prima la sutileza de cada gesto y en otra la pasión de cada movimiento; en una abundan los planos cerrados y la otra es un inevitable plano secuencia. Sin embargo, el cine también puede llegar a ser muy teatral, bien por el estilo de filmación, bien por la fuente de la que procede. Y este es el caso de dos de las películas del año: la española La novia, de Paula Ortiz, y la británica Macbeth, de Justin Kurzel, dos impresionantes segundas obras por parte de cineastas que debutaron con acierto en el 2011 (ella con De tu ventana a la mía y él con Snowtown). Y ambas cintas adaptan textos de referencia de sus respectivos países de origen (los de la producción, no los de los cineastas, pues Kurzel —quien, por cierto, es el marido de Essie Davis, la protagonista de Babadook (Jennifer Kent, 2014)— es uno de tantos talentos australianos exportados): la popular Bodas de sangre (1931), de Federico García Lorca, y la clásica Macbeth (1600, aprox.), de William Shakespeare, dos famosísimas tragedias libremente basadas en hechos reales.
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