08 marzo 2014

16 películas de mujeres directoras en honor al Día de la Mujer

Aunque algunos se empeñen en negarlo, este mundo siempre ha sido y sigue siendo sexista. Y es que, por mucho que la ley diga lo contrario, los hechos son claros: los hombres y las mujeres no son iguales porque, ni se ven a sí mismos como tales, ni son tratados por la sociedad por igual. La industria del cine no sólo no ha ido nunca por delante a este respecto, sino que incluso ha quedado anclada al pasado. Así, son muy pocas las mujeres que han podido convertirse en directoras, y muy pocas las que se han ganado un lugar entre los grandes realizadores de la historia. ¿Cómo es esto posible, siendo el cine una industria tan supuestamente liberal? Pues porque, aunque los actores, guionistas, fotógrafos, etc. suelen presentan una mentalidad abierta y progresista, quienes mueven el dinero, es decir, los productores y altos ejecutivos de los estudios, ven la realidad de un modo distinto. Y, en esa realidad, la dirección es el campo de los hombres. Por suerte, algunas mujeres se han rebelado contra esto y accedido a la dirección, ofreciendo películas verdaderamente interesantes con una perspectiva diferente. A ellas y a todas las mujeres luchadoras del mundo va dedicado este pequeño análisis de 16 películas de directoras, ordenadas cronológicamente en representación de distintos contextos, culturas y movimientos, con el que celebro el Día Internacional de la Mujer.

El bígamo (Ida Lupino, 1953)
Ida Lupino dirige y protagoniza
con acierto El bígamo
 El bígamo (Ida Lupino, 1953). A menudo olvidamos que la mítica actriz Ida Lupino fue una de las primeras mujeres cineastas. Y es que, por desgracia, su obra es bastante desconocida, pese a ofrecer films tan interesantes como este drama sobre un hombre (Edmund Gwenn) con dos vidas: una mujer en San Francisco con la que espera adoptar un bebé y un segundo matrimonio, bebé incluido, en Los Angeles. Las dos mujeres no son otras que Joan Fontaine y la propia Lupino, quienes realizan un trabajo impecable. Si bien la obra empatiza con el infiel protagonista, hay algo mágico en la visión de Lupino que nos permite perdonarlo sin por ello justificar sus hechos y, a la vez, ser conscientes de la soledad que experimentan las dos mujeres, una temática prácticamente tabú en aquella época.

Las margaritas (Vera Chytilová, 1966)
La diversión desmesurada de las protagonistas de
Las margaritas es una crítica al sistema
 Las margaritas (Vera Chytilová, 1966). La década de los 60 vivió una revolución a todos los niveles y el arte no fue una excepción. El propósito de los nuevos cineastas independientes ya no era entretener al espectador, sino impactarlos y cambiar su concepción de la existencia. A este respecto, destaca el cine del este europeo y concretamente la checa Vera Chytilová con Las margaritas, un auténtico ejercicio de extravagancia estética y narrativa sobre dos jóvenes mujeres (Ivana Karbanová y Jitka Cerhová), ambas llamadas Marie, que, mientras toman el sol en bikini deciden que, ya que el mundo está corrompido, ellas también lo estarán. A partir de ese momento, se suceden escenas aparentemente inconexas en las que ambas se burlan del orden establecido: boicotean un cabaret, engullen manjares ajenos y engañan a hombres maduros para beneficiarse de ellos, dando una vuelta de tuerca a la clásica situación del hombre que se aprovecha de la jovencita. El resultado de todo esto es visualmente fascinante y, una vez nos hemos sumergido en el estridente mundo de Chytilová, tremendamente divertido.

Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman,  1976)
Como muchas mujeres, Jeanne Dielman está confinada
a la fría soledad cuadriculada y rutinaria del hogar
 Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman,  1976). El largo título de esta película no podría ser más revelador: durante más de 3 horas, nos adentramos en la rutinaria existencia de Jeanne Dielman (perfecta Delphine Seyrig), ama de casa de día, prostituta de tarde y madre de noche. Los planos largos y estáticos y la narración carente de impacto (al menos, durante las primeras 3 horas) es el modo de Chantal Akerman de rebelarse ante la clásica mirada masculina del cine, siempre centrada en hombres en acción y mujeres sensuales en apuros (y no necesariamente hablo del cine de aventuras). El film nos recuerda la soledad de todas esas mujeres confinadas al hogar, donde las propias ropas de Dielman parecen camuflarse entre las frías paredes y cuadriculados estampados. Y, aunque es difícil hablar de entretenimiento como tal, lo cierto es que las imágenes poseen una sorprendente fuerza hipnótica. Y el mensaje no podría ser más efectivo.

Pasqualino: Siete bellezas (Lisa Wertmüller, 1975)
Pasqualino: Siete bellezas obtuvo 4 nominaciones a los
Oscar: película extranjera, dirección, guión y actor
 Pasqualino: Siete bellezas (Lisa Wertmüller, 1975). En Nápoles, en los años 30, el oportunista Pasqualino (genial Giancarlo Giannini), irónicamente apodado “Settebellezze” a raíz de la fealdad de sus hermanas, intenta recuperar el honor amenazando al hombre que ha obligado a prostituirse a una de ellas, toda una crítica encubierta al patriarcado, la Mafia y el propio fascismo. Aunque la dirección de Lisa Wertmüller fue criticada por ser excesivamente masculina (lo que quizá le facilitó convertirse en la primera directora nominada al Oscar), lo cierto es que sus personajes femeninos, aunque a menudo vulgares, a menudo presentan una fuerza y un sentido de la identidad superiores al de los hombres, pese a que ambos géneros son ridiculizados del mismo modo. Y, a fin de cuentas, ¿no es eso la igualdad?

Sin techo ni ley (Agnès Varda, 1985)
Como la mayoría de obras de Agnès Varda, Sin techo
ni ley
ofrece una combinación de ficción y documental
 Sin techo ni ley (Agnès Varda, 1985). La gran cineasta francesa Agnès Varda obtuvo el León de Oro en el Festival de Venecia por el lírico réquiem de Mona (Sandrine Bonnaire, César a mejor actriz), una adolescente vagabunda hallada muerta, cuyos últimos meses de vida son retratados en flashbacks con estilo semi-documental. Son muchas las personas que se cruzaron con Mona, pero ni la joven se molestó en conocerlas ni ellas llegaron a saber demasiado de ella. Y nosotros, como espectadores, estamos en la misma situación, lo que puede leerse como una metáfora sobre lo poco que conocemos a quienes nos rodean.

Salaam Bombay! (Mira Nair, 1998)
Salaam Bombay! dio a Mira Nair la Cámara de Oro
y el Premio del Público en el Festival de Cannes
 Salaam Bombay! (Mira Nair, 1998). Criarse en la India y estudiar en EE.UU. dio a Mira Nair una perspectiva única sobre ambas culturas que se refleja en obras tan maravillosas como La boda del Monzón (2001) y El buen nombre (2006). Sin embargo, su primera obra, quizá la más aclamada y original, se centra en su país natal, en cuyas calles debe sobrevivir un niño (Shafiq Syed) rodeado de personajes variopintos que le enseñan lealtad, traición, amor, odio y todas las realidades que conforman la vida humana. El multiculturalismo de Nair le permite contemplar a personas y culturas muy distintas y profundizar en sus sentimientos con comprensión, dejando los juicios de valor para el espectador. 

El piano (Jane Campion, 1993)
El piano obtuvo 3 premios Oscar: guión original,
actriz y actriz secundaria, de 8 nominaciones
 El piano (Jane Campion, 1993). Cuidadosamente ambientada en los salvajes parajes neozelandeses del siglo XIX, la tercera película de Jane Campion dio a ésta la Palma de Oro y el Oscar a mejor guión original, además de la segunda nominación a mejor dirección conseguida por una mujer. Bellísimamente envuelto por la banda sonora de Michael Nyman, el film cuenta la historia de una mujer recién enviudada (justamente multipremiada Holly Hunter) que debe dejar su Escocia natal y viajar junto a su hija (sorprendente Anna Paquin, oscarizada a los 9 años) a Nueva Zelanda a raíz de un matrimonio concertado. Ella es muda de nacimiento, con lo que su único modo de expresión ha sido siempre su piano, el cual queda abandonado en la playa nada más llegar y recogido por un granjero (Hervey Keitel) que le permitirá tocarlo a cambio de dejarse tocar ella misma. Erótica y romántica a partes iguales, la dirección de Campion es políticamente correcta pero honesta y profunda. Y el resultado no podría ser más poderoso.

Antonia (Marleen Gorris, 1995)
Independencia, creatividad, conocimiento y curiosidad
marcan las vidas de Antonia y sus descendientes
 Antonia (Marleen Gorris, 1995). Tras la II Guerra Mundial, una vieja granja holandesa se convierte en el hogar de variados personajes que, poco a poco, cambian los prejuicios por amor y tolerancia gracias a la independiente y excéntrica matriarca Antonia (Willeke van Ammelrooy). Esta hermosa saga familiar supuso el primer Oscar a mejor película extranjera obtenido por una mujer y ofrece una visión realmente liberal de la vida, con pocas normas al margen de buscar la felicidad de nosotros mismos y quienes nos rodean. La película sigue a cuatro generaciones de madres solteras que toman las riendas de sus vidas por completo y salen adelante gracias al amor entre madres e hijas. La propia Marleen Gorris, cuyo quizá excesivo feminismo afectó a sus obras anteriores, describió este maravillosos film como “un cuento de hadas feminista”.

Lost in transation (Sofía Coppola, 2003)
Lost in translation es, de lejos, la mejor obra de
Sofía Coppola y optó a 4 premios Oscar
√ Lost in transation (Sofía Coppola, 2003). La hija del gran Francis Ford Coppola dejó claro con Las vírgenes suicidas (1999) tener el talento para la dirección que le faltaba como actriz, pero fue su segunda obra (que aún no ha superado) la que la lanzó a la fama. En Lost in translation, Scarlett Johansson y Bill Murray encarnan a dos almas perdidas en la ciudad de Tokio: en un lenguaje que no comprenden y una sociedad que no los comprende a ellos. Coppola consiguió así ser la primera cineasta estadounidense nominada al Oscar, pero, al igual que Campion en 1993, hubo de conformarse con el premio al mejor guión original; era éste muy merecido, pues la historia es emotiva y divertida a partes iguales y, sobre todo, muy humana en su tratamiento de la soledad de la vida contemporánea. Parte de la fuerza de la joven cineasta reside en empatizar igual con todos sus personajes, al margen de su género.

Te doy mis ojos (Icíar Bollaín, 2003)
Te doy mis ojos ganó los 5 premios
Goya principales y otros 2
 Te doy mis ojos (Icíar Bollaín, 2003). Aunque Pilar Miró (El perro del hortelano, 1996) e Isabel Coixet (La vida secreta de las palabras, 2005) también tienen el Goya en su haber, Icíar Bollaín es la única que lo ha obtenido por un film de perspectiva claramente femenina. Te doy mis ojos es uno de los films más duros y realistas sobre la violencia de género, pues profundiza en todos los implicados: Laia Marull interpreta a una mujer cuyas aspiraciones han sido relegadas a un segundo plano a raíz de su matrimonio con un hombre que la maltrata (un Luis Tosar que logra ser aterrador pese a que la violencia no sea nunca retratada). Quizá la estrategia de la directora es demasiado aleccionadora, quizá simplemente no hay suficientes películas sobre el tema para comparar, pero lo cierto es que se trata de un drama social imprescindible sobre un tema de triste actualidad.

A las cinco de la tarde (Samira Makhmalbaf, 2003)
El azul de los ropajes de la protagonista de A las cinco
de la tarde
contrasta con la sequedad del ambiente
 A las cinco de la tarde (Samira Makhmalbaf, 2003). El cine iraní ha sido la gran sorpresa del séptimo arte contemporáneo, actuando a menudo como reflejo de una sociedad que se esfuerza en eliminar la libertad de expresión. Y, curiosamente, en una de las sociedades más machistas que hay han proliferado las mujeres directoras, a destacar las dos hijas del cineasta Mohsen Makhmalbaf: Samira y Hanna (creadora de la fascinante Buda explotó por vergüenza, 2007, con sólo 18 años), ambas centradas en la triste situación de la mujer en los países islámicos. La mayor de las dos dirigió A las cinco de la tarde, sobre una mujer decidida a dedicarse a la política (Agheleh Rezaie) a la que el burka y las tradiciones ponen los sueños difíciles pese a que la caída del régimen talibán en Afganistán volviese a permitir el acceso de las mujeres a la educación. Todo un canto a la igualdad y la libertad.

Lejos de ella (Sarah Polley, 2006)
Lejos de ella optó a 2 Oscar:
guión adaptado y actriz
 Lejos de ella (Sarah Polley, 2006). La ópera prima de la actriz canadiense Sarah Polley le valió el premio a mejor dirección novel en el Festival de Toronto por su sincera adaptación de una historia corta de Alice Munro. El film muestra a un viejo matrimonio  (Gordon Pinsent y una inmensa Julie Christie) que, tras haber superado juntos momentos muy difíciles, se enfrentan a la prueba más dura de todas cuando ella empieza a sufrir pérdidas de memoria. La vida de ambos se desestabiliza, pero es él quien, al mantener la consciencia de la realidad, vive un mayor sufrimiento, algo que ella trata de suavizar en sus pocos momentos de lucidez. La compasiva pero dolorosamente humana dirección de Polley marca un durísimo drama sobre el otoño de la vida.

En tierra hostil (Kathryn Bigelow, 2009)
En tierra hostil ganó 6 premios Oscar: película, director,
guión original, montaje, sonido y montaje de sonido
 En tierra hostil (Kathryn Bigelow, 2009). Este film bélico convirtió a la exmujer de James Cameron en la primera directora oscarizada gracias a su potente reflejo de la guerra de Irak: cámara al hombro, la película traslada a los espectadores al propio enfrentamiento bélico. Y es que, de no ser por la identificación con el protagonista (Jeremy Renner), un sargento que ya no concibe la vida sin la guerra, el resultado parece un documental, pues la imagen y el sonido, tomados en Jordania a pocas millas de la frontera iraki, son enormemente realistas. La cinta fue criticada por ofrecer una visión parcializada del conflicto, pero lo cierto es que ningún film bélico se libra de ese tipo de acusaciones, y En tierra hostil es, sin duda, uno de los mejores del género. Kathryn Bigelow, quien recientemente volvió a sumergirse en el conflicto estadounidense-iraquí con La noche más oscura (2012), se ha especializado en el cine de acción, revelándose contra los tópicos sobre el enfoque femenino.

Los chicos están bien (Lisa Cholodenko, 2010)
Los chicos están bien tiene una fresca esencia "indie"
 Los chicos están bien (Lisa Cholodenko, 2010). Una de las muchas consecuencias que el machismo de la industria ha tenido sobre el cine es que el lesbianismo ha sido prácticamente ignorado, como mucho tratado desde la perspectiva erótica del hombre. Lisa Cholodenko, abiertamente homosexual, trató de ponerle remedio con esta comedia dramática sobre una pareja lesbiana (Annete Bening y Julianne Moore) con dos hijos (Mia Wasikowska y Josh Hutcherson) cuyo mundo se desestabiliza tras la aparición del padre de éstos (Mark Ruffalo). Aunque la infidelidad del personaje de Moore con éste es un bache innecesario, la película ofrece una visión bastante fresca, natural y verosímil sobre las dificultades que atraviesan las parejas del mismo sexo incluso cuando ya han formado su familia. La película obtuvo el Globo de Oro a mejor película y actriz (Bening) en la categoría de comedia.

Une amoure de jeunesse (Primer amor) (Mia Hansen-Løve, 2011)
Primer amor trata el tema de su título con gran
sensibilidad y una innegable frescura
 Une amoure de jeunesse (Primer amor) (Mia Hansen-Løve, 2011). En la primavera de 1999, Camille, de quince años (fantástica Lola Créton), y Sullivan, de 19 (Sebastian Urzendowky), se enamoran, pero la marcha de él a Sudamérica sume a la joven en la desesperación. Y, aunque con el paso del tiempo la joven se empareja con un hombre maduro (Magne Havard Brekke), el primer amor nunca deja de acompañarla. Hansen-Løve escribe y dirige esta tierna historia desde la perspectiva de la mujer protagonista, con la que sin duda se identifica, y ofrece un maravilloso retrato del primer amor, desde la pasión inicial hasta la aceptación de que, quizá, los bellos recuerdos de juventud han empañado nuestro criterio: quizá, nos merecemos amar de nuevo.

La bicicleta verde (Haifaa Al-Mansour, 2013)
La bicicleta verde logra ser entretenida e instructiva
 La bicicleta verde (Haifaa Al-Mansour, 2013). La primera película enteramente rodada en Arabia Saudí ha dado la doble sorpresa de ser excelente y estar dirigida por una mujer, quien recibió mensajes de odio y aplausos al mismo tiempo por esta tierna y reivindicativa historia de una niña (Waad Mohammed) que sueña con tener una bicicleta, un mero símbolo de su ilusión por llevar la vida que su condición de mujer le niega. También su madre (Reem Abdullah) se enfrenta a las injusticias de una sociedad que la obliga a contemplar el segundo matrimonio de su marido sin protestar. La película recibió el premio a la libertad de expresión de la National Board of Review y, aunque fue olvidada en los Oscar, fue nominada al BAFTA y el Satellite Award como mejor película extranjera.

Todos y cada uno de estos films han demostrado que el sueño de Barbra Streissand de que las mujeres accedieran a la dirección se ha visto, poco a poco, hecho realidad. En su día, ella se quejó de que sus films no recibían el reconocimiento que merecían por culpa del machismo de la industria, pero yo no estoy de acuerdo, pues el inmenso talento que mostraba como actriz no se materializó nunca en la dirección de sus obras. Sin embargo, lo que sí es cierto es que, a día de hoy, todavía resulta difícil para las mujeres convertirse en directoras, lo que prueba el reducido presupuesto de casi todas las obras que he seleccionado y el hecho de que, la mayoría de ellas parten de un guión de la propia cineasta. Resulta también destacable que, fuera de EE.UU., la situación es bastante más igualitaria, lo que prueban los 3 Goya a mejor dirección obtenidos en España en 28 ediciones, que contrastan con un único Oscar en 86 ceremonias; curiosamente, culturas machistas como la italiana y la iraní han visto más mujeres acceder a la dirección que EE.UU., o, mejor dicho, Hollywood, un Olimpo donde el género todavía marca las posibilidades de cada uno. Que las mujeres deben ser tratadas con equidad a los hombres es una teoría que todos conocemos, pero de nosotros depende llevarla al terreno práctico. Con suerte, dentro de unos años habrá tantas directoras de cine que carecerá de sentido hacer un artículo como éste.

Aprovecho para hablaros de la campaña "¡Alfombras rosas ya!", con la que Plan Internacional trata de llamar la atención sobre la situación que atraviesan las niñas de todo el mundo por el mero hecho de ser niñas. Su objetivo es teñir de rosa el color de las alfombras de los principales eventos, incluido el próximo Festival de Málaga, para lo que sólo necesitan nuestras firmas.
  

© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras

13 comentarios:

  1. Es completamente cierto que el cine transmite una visión centrada en el hombre: no hay demasiados papeles interesantes femeninos (muchos se limitan a: mujer sexy o mujer inteligente que le da una lección a los hombres), las películas están hechas para ser vistas por los hombres (many boobs and pussies but no t-shirtless guys or dicks) y esto es muy triste porque es necesario la visión de ambos para tener un sentido completo del mundo.
    Espero no tener que celebrar este día pronto ;-)
    HBTY

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  2. Muy interesante artículo.

    Otro aspecto que sería interesante analizar es el de los papeles protagonistas de las mujeres. Papeles como el de Jessica Chastain en Zero Dark Thirty o Cate Blanchett en Blue Jasmine, por nombrar dos ejemplos recientes, no son muy frecuentes en una industria en la que, si bien las mujeres parecen vetadas en muchas de las facetas de la creación de las películas también están confinadas en unos roles cuadriculados, como bien menciona el autor del comentario anterior. La juventud y la belleza parecen ser primordiales. Y si eres una actriz mayor de 50 años y tu nombre no es Meryl estás jodida. Y como bien señalas tú al principio del artículo, eso se debe a que a los ojos de los ejecutivos (varones) de las grandes productoras las actrices sólo valen como tal si son jovenes, seductoras y complementarias al papel protagonista masculino. Una pena, pero es así.

    Por cierto, otra directora destacable es la danesa Susanne Bier, directora de películas como Hermanos (de la cual se haría un remake posteriormente) o En un mundo mejor.

    De nuevo, enhorabuena por tu artículo, siempre es un placer leerte.

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    1. Muchas gracias por el comentario y por mencionar a Bier; me acordé de ella y de su maravillosa En un mundo mejor, pero la verdad es que en el último momento la dejé de lado como a otras muchas directoras destacables (hay más de lo que parece, por suerte),

      Y mucha razón en cuanto a las actrices. De hecho, el Oscar a mejor actriz es uno de los menos veces acompaña al de Mejor Película y los films de éxito protagonizados por mujeres son escasos. Sólo Meryl Streep, Cate Blanchett, Natalien Portman, Scarlett Johansson y pocas más logran protagonizar films de éxito, e incluso ellas lo hacen en pocas ocasiones. Esperemos que la situación mejore.

      Un saludo y gracias de nuevo!

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    2. Iba a haber añadido una lista de películas ganadoras al Oscar con protagonista femenino y otra del número de nominadas a actriz principal cuya película está en la categoría de mejor película, pero me parecía que eso mataría el poco interés que ya de por sí tiene mi comentario jajajaja

      Un saludo!

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  3. Muy interesante esta lista de películas dirigidas por mujeres.
    De las que citas he visto:
    "Lost in Traslation", "Te doy mis ojos","Los chicos están bien" y "La bicicleta verde.
    Añadiría algunas directoras como Isabel Coixet,Juana Macías y Judith Colell.
    1Abrazo!

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    1. Gracias :) La verdad es que España tiene una buena muestra de cineastas femeninas, pero decidí seleccionar solo una y elegí el film de Icíar Bollaín por su temática. Un saludo!

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  4. Que ganas de ver la de Ida Lupino.
    Saludos
    David de observandocine.com

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  5. Yo pondría en primer lugar de esta lista "Buda explotó por vergüenza", una entrañable película dirigida por una autora iraní sobre la situación de la mujer en aquellos parajes, y más en concreto la de las niñas, que ni siquiera pueden ir l colegio a formarse mínimamente, aquí la crítica que hice en su día:

    http://charly-hell.blogspot.com.es/2013/04/buda-exploto-por-verguenza.html

    Ah, y lo de la alfombra rosa me parece una iniciativa muy acertada.

    Un saludo.

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    1. Excelente película (la mencioné en el apartado de "A las 5 de la tarde". De todos modos, que quede claro que el artículo no muestra las mejores películas dirigidas por mujeres ni nada parecido, simplemente es una muestra representativa de distintos contextos. Un saludo :)

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  6. Saludos Juan!!! te hice falta La Noche Más Oscura quien fue dirigida por la misma directora de The Hurt Locker y también algunas de Barbra Straisand.

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    1. Hola. No se trata de una lista de mejores películas, sino de una muestra representativa. Eso sí, seleccioné una por directora, con lo que no iba a meter dos de Bigelow (aunque menciono La noche más oscura). Sobre Barbra, como digo en el artículo, no creo que merezca mucho crédito como cineasta, al margen de la gran estrella que es. Un saludo.

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  7. Me ha gustado mucho tu selección, Juan. Todas imprescindibles, sin duda. Soy comunicadora e investigadora y me dedico precisamente al análisis cinematográfico desde la perspectiva de género. Igual ya has leído a Pilar Aguilar, pero por si acaso, quizás te interese esta entrevista que le hicieron hace un tiempo: http://lalentevioleta.wordpress.com/2014/10/25/entrevista-a-pilar-aguilar-patriarcado-y-misoginia-en-el-cine/

    ¡Salud! Nos leemos.

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  8. Se me ocurre agregar los nombres de Kelly Richardt, Lucrecia Martel y Lone Scherfig, además de la ya mencionada Susanne Bier.

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